Según el folclore, popular, es un fenómeno meteorológico extraordinario que sucede en la ciudad de Yoro, a un kilómetro de distancia, hacia el Suroeste de la población, en la llanura llamada "El Pantano", que limita al Oeste con el cerrito de "El Mal Nombre". Consiste en una lluvia de peces que se sucede anualmente, entre los meses de mayo y julio, iniciando generalmente a las cuatro o cinco de la tarde, con una nube negra, seguida de fuertes descargas eléctricas, que aparece en el cerro de Mata Agua.
Historia
Según los habitantes de Yoro, este fenómeno ha venido ocurriendo en esta zona desde hace más de un siglo.
Testigos de este fenómeno señalan que comienza con un oscurecimiento del cielo causado por nubes densas, seguido por relámpagos y truenos, vientos fuertes, y una lluvia copiosa que dura de 2 a 3 horas (comportamiento típico de las tormentas tropicales). Una vez que la lluvia ha cesado, los pobladores encuentran cientos de peces esparcidos por el suelo, aún vivos. Los pobladores los recogen y transportan a sus casas para cocinarlos y comerlos posteriormente.
Los peces son de agua dulce, siempre se los encuentra vivos, y, según los pobladores, no son del tipo de peces que se encuentra en áreas cercanas.
Desde 1998, cada año se celebra un festival conocido como Festival de la Lluvia de Peces.
El 26 de julio del 2006 esta historia fue recogido en un reportaje del programa de noticias hondureño Abriendo brecha.
Pintura Roque Zelaya
Milagro del "padre Subirana"
Muchas personas atribuyen la aparición de los peces al milagro de un sacerdote católico español, el padre Manuel De Jesus Subirana, considerado por muchos como un santo. Subirana visitó Honduras entre 1856 y 1864. Al encontrar mucha gente pobre y hambrienta, oró durante tres días y tres noches pidiendo a Dios un milagro que ayudara a los pobres a conseguir alimento.
Pero Varias teorías se han formulado para explicar científicamente, este curioso como interesante fenómeno; pero la que parece más acertada es la que lo atribuye a una tromba marina procedente del Atlántico, por la constante dirección de donde la nube procede, por ir el aguacero acompañado de frecuentes y formidables descargas eléctricas, y por caer invariablemente en la planicie de "El Pantano", en donde, debido a la existencia de minerales de hierro, hay quizá, un polo que atrae a la tromba, en la cual vienen los misteriosos pececillos.
Suceso anual
Lo que más llama la atención en esta "lluvia de peces", es la periodicidad con que se verifica; anualmente, por una sola vez, en los meses de mayo o junio, al principiar la estación lluviosa en esta pintoresca región.
Todos los años, al comienzo de la estación lluviosa, los habitantes de Yoro, en Honduras, preparan cubetas, barriles, palanganas y redes para recoger los peces que van a caer del cielo. Y todos los años, hasta donde llega la memoria, han caído sardinas por barriles. El "aguacero de pescado", como la llama la gente del lugar, suele comenzar de cuatro a cinco de la tarde y va seguida de tormentas eléctricas y fuertes vientos. Los peces son depositados vivos sobre una pradera que hay al sudoeste del pueblo.
En 1962, el servicio Meteorológico Nacional de Honduras con el auxilio de climatólogos estadounidenses, se dieron la tarea de esclarecer este fenómeno. Estos son sus observaciones:
La altura con respecto al mar y las montañas que circundan el valle de Yoro impiden que se formen trombas marinas. Si fuese así, el evento yoreño también estaría acompañada por temperaturas altas.
Los peces caidos son de la misma especie y casi del mismo tamaño. Esto deduce que no están conectados a trombas marinas, si así fuese, los peces serian de diferente tipos y tamaños.
No hay pistas que muestren el paso de tornados anteriores. Tampoco existe documentación alguna sobre la trayectoria de nubes de tormentas pasadas. La fuerza del viento no alcanza velocidades mayores de 40 nudos.
Las nubes que causan este fenómeno se les conoce como cumuloninbus mammatus, su inestabilidad atmosférica le da esa apariencia de mamas con un color violeta oscuro acompañado de intenso ruido provocado por los vientos. Este tipo de nube se ha presentado en otros lugares del mundo, pero se repite con mayor frecuencia en el poblado de Yoro.
Los peces caídos existen en los diferentes ríos de la región. Los yoreños los conocen como pez lancha y su tamaño no excede 11 centímetros. Al caer, los peces aprovechan el agua de la lluvia para movilizarse hasta los riachuelos Machigua y Jalegua, tributarios del río Aguán.
Ningún vecino del lugar ha visto caer un pez del cielo. Tampoco caen sobre tejado de las casas de Yoro, todo ocurre a kilómetro y medio de esta cabecera departamental.
Fuente
Texto: http://es.wikipedia.org/wiki/Lluvia_de_peces_en_Yoro
Texto: www.angelfire.com/ca5/mas/dpmapas/yor/yor.html
Foto: www.honduras.com/museum/rzela1.htm
Editado por: http://enhonduras.blogspot.com
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