La rica historia cultural de Las Islas de la Bahía viene de la Antigua y altamente avanzada civilización Maya. En la actualidad, las Islas están bendecidas con una mezcla única de culturas, costumbres y tradiciones una herencia hermosa que debe ser preservada también.
La calidad de nuestras vidas y el futuro económico de las slas está en nuestras manos. Tenemos una responsabilidad con nosotros mismos, con nuestros hijos, y con las generaciones futuras de Isleños de aprender a conservar y proteger los recursos naturales de nuestras slas. Si trabajamos juntos hoy, vamos a poder disfrutar las Islas mañana y siempre.
“La situación de la Isla de Roatán, su notable Bahía, su acceso difícil a un enemigo invasor, la hacen candidato predilecto a una posta militar y gran depósito de armas, provisiones, etc. para todas las operaciones militares contra Honduras, Guatemala o esa parte de Nicaragua.” John Dalling, Manuscrito del Museo Británico, Londres 1779”
La historia de las Islas de la Bahía ha creado un antepasado cultural tan rico y variado como su perfil físico. Por lo menos nueve grupos culturales han ocupado las Islas. Numerosos artefactos precolombinos dejados por los indios Paya, un grupo emparentado con los Mayas, han sido recuperados de más de 50 sitios a través de las Islas. Los arqueólogos han investigado sitios residenciales, ceremoniales y de entierros; marcados respectivamente con middens de cocina, monolitos de piedras y pedazos de huesos y urnas. Entierros múltiples resultaron en un número de cráneos en una sola urna.
Los Isleños frecuentemente encuentran “yaba-ding-dings” de los Payas, el nombre local para pedazos y figuras de cerámica de estos residentes antiguos. Se han acumulado varias cuentas y campanas de cobre hechas a mano así como ornamentos de jade en varias Islas. El jade era importante para los rituales en las Islas y en el continente. Las cuentas de jade ilustradas aquí fueron encontradas en una olla cerámica depositada en Roatán. El Museo de Roatán en Anthony’s Key Resort exhibe una variedad espectacular de artefactos, muchos de ellos encontrados por residentes durante el proceso de construir sus casas o al caminar en el bosque.
Cuando Colón llegó por primera vez a las Islas de la Bahía en su cuarto viaje al Nuevo Mundo entre 1502 y 1504, el se encontró con los indios Paya. Los historiadores creen que llegó a la Bahía que se encuentra al norte de la playa. El soldado en el lado oeste de Guanaja, en la actualidad conmemorado con un pequeño monumento. Cerca de aquí, su tripulación capturó una canoa cargada de “pequeños cuchillos, hachas de cobre, espadas con dientes de obsidiana, campanas de cobre, contenedores para fundir metal, ropa de algodón teñido, cerámica, cerveza de maíz y semillas de cacao que utilizaban como dinero.
A lo largo del siguiente siglo, los Isleños fueron sujetos a invasiones españolas para llevarlos como esclavos, ponerlos a trabajar en las minas de oro, y más tarde cristianizados y usados para la labor agrícola. El archipiélago de las Guanajas fue formalmente incorporado a la provincia de Honduras en 1528. Al mismo tiempo, los franceses, holandeses e ingleses atacaban y robaban los puertos españoles caribeños y las rutas de los barcos. Las Islas de la Bahía estaban situadas perfectamente para tales ataques. La comida fresca era abundante y los Galeones españoles cargados con oro y plata del Nuevo Mundo salían regularmente hacia Europa vía Cuba.
Utensilios de cerámica de cocina que datan de 1500 son abundantes en los sitios de los naufragios en las islas. Durante el período español en las Américas, jarros de cerámica fueron utilizados para el transporte de granos, aceite, y vino europeo a los establecimientos recién colonizados. Algunos jarros estaban recubiertos con un barniz impermeable de plomo para almacenar los líquidos. Los fragmentos de estos “jarrones de oliva española: son encontrados frecuentemente en los sitios arqueológicos como también por buceadores en el mar.
Los bucaneros británicos con frecuencia escondían con sus tesoros en los puertos mayor protegidos de las Islas de la Bahía. El término bucanero se deriva de la palabra India “bucan” que se refiere a la carne ahumada en tiras que los marineros o piratas llevaban para los viajes largos. En 1638, los ingleses quisieron establecer una colonia agrícola en Roatán, retando el domino español. En 1640 los españoles intentaron exiliar a los indios Isleños hacia el continente. Desde allí les podían dar provisiones a los barcos españoles sin darles comida a los piratas británicos también.
Al final de los años 1600, la bucanería estuvo en su apogeo. Los lideres de la piratería, Morgan Morris, Jackson, Sharp, Coxen y otros, ocuparon las Islas varias veces antes de la ocupación militar británica en 1742. Algunos creen que el tesoro del ataque de Morgan en 1671 a Panamá está enterrado en algún lugar de Roatán. A pesar de que varios de los nombres de los bucaneros todavía son comunes en las Islas, Coxen Hole puede ser el único Puerto nombrado durante los días de piratería.
El Cayo Fort localizado afuera de la costa de Port Royal (Puerto Real), todavía demuestra evidencia del Fuerte Británico de George, construido a mediados de los años 1700. Se puede observar la bodega del polvorín para sus cañones así como las fortificaciones. Los británicos firmaron un tratado con España y salieron de Roatán en 1752.
Los primeros colonizadores permanentes de las Islas de la Bahía fueron los Caribes negros (garifunas), una mezcla de indios Isleños del Caribe y africanos traídos de la isla de San Vicente. Ellos fueron trasladados a Roatán en 1797 a la fuerza. Varios se fueron a Trujillo en el continente, pero los que se quedaron se establecieron en Punta Gorda.
Los Isleños blancos de las Islas Cayman fundaron varios establecimientos en Coxen Hole comenzando en 1830 y extendiéndose a otros lugares en Roatán, Utila, Sta. Elena, Morat y Barbareta. Los esclavos liberados de las Islas Cayman los siguieron por tiempo después.
Gran Bretaña a la mitad del siglo anexó a las Islas de la Bahía como una colonia. Sin embargo, los Estados Unidos ayudaron a forzar a los británicos para que cedieran las Islas de la Bahía a Honduras.
Desde mediados de los años 1800, agricultores comerciales de frutas en Utila y Roatán exportaron bananas, plátanos y cocos a los Estados Unidos. En 1877, un huracán en septiembre junto con la competencia de Honduras decimaron la industria frutera por varias décadas. En el nuevo siglo, las exportaciones de fruta aumentaron. Las figuras en 1912 demuestran $303,282 ganados de exportación frutal lo que equivale a 5% de la economía nacional de exportación de Honduras.
La navegación es la que tradicionalmente ha proveído la mayor parte de los ingresos para los isleños, una realidad que persiste hoy en día. La falta de agricultura de subsistencia y la presencia de pulperica o tienditas en cada pueblo indica la dependencia de los ingresos de los marinos mercaderes y pescadores para comprar comida.
Varios inmigrantes del continente han aprovechado los trabajos en la industria pesquera y la industria turística rápidamente creciendo. Esta llegada de los nuevos inmigrantes aumenta la diversidad del paisaje ya rico en cultura. La historia bilingüe de las Islas de la Bahía y sus tradiciones variadas se reflejan en todos los aspectos de la cultura, desde las escuelas bilingües hasta la gran variedad de iglesias y negocios comerciales.
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